domingo, 17 de marzo de 2013

Adaptación de Romeo y Julieta



Personajes
Casa Real Española
Rey Felipe de Borbón y Grecia – Reina Letizia Ortiz Rocasolano
Heredero: S.A.R. el Príncipe de Asturias, don Julio de Borbón y Grecia (16 años)

Casa de Windsor
Rey Guillermo V - Kate Middlenton
Heredero: S.A.R. Príncipe Romeo de Gales (16 años)

Casa de Grimaldi
Príncipe Alberto II de Mónaco
Heredero: Alexandra Paris de Mónaco (14 años)

Papa: Juan Pablo III
 


História: "Julio y Romeo, la crisis de la realeza"

            Nos situamos en el año 2026. Europa acaba de salir de la crisis del 22 (crisis provocada por la soberanía de los partidos de derecha y ultraderecha que presidían los principales países de la Unión Europea). Actualmente el socialismo y la ultraizquierda domina toda Europa, gracias al cambio radical de mentalidad de los ciudadanos que votaron en masa en las últimas elecciones, para dar la vuelta a la crisis de los últimos años.
            El gobierno de España, presidido por la coalición de Izquierda Unida (38%) y el Partido Socialista Obrero Español (22%), encabeza el cambio hacia la nueva era. En el Reino Unido el Partido Laborista alcanzó la mayoría gracias a la coalición con los nuevos partidos antimonárquicos. Un aire neocomunista y antimonárquico se apodera de la U.E. Las casas reales del antiguo continente y el recién nombrado Papa Juan Pablo III (el primer Papa negro de la historia) deciden reunirse en Mónaco para decidir sobre su futuro. Durante la fiesta los 3 reyes más poderosos: Felipe de Borbón y Grecia de España, Guillermo V de la casa de Windsor y Alberto II de Mónaco deciden que la única manera de permanecer en sus tronos y asegurar la soberanía de sus herederos es unir 2 de las 3 casas reales. La decisión pertenecerá a Alexandra Paris de Mónaco, hija mayor y heredera del principado de Mónaco, quien tendrá que casarse con el Príncipe Romeo de Gales o con el Príncipe de Asturias Don Julio de Borbón. Los tres futuros herederos se conocen durante la fiesta pero, en contra de los planes de los reyes, los que se enamoran nada más verse son los dos jóvenes pretendientes. En un descuido de los familiares, Julio y Romeo se escapan por los jardines del palacio y se declaran su amor. Julio, el más sensato de los dos, decide que aprobarán el deseo de Paris y que mantendrán su amor en secreto por el bien del futuro de sus monarquías. Romeo, en desacuerdo con la idea de su amante, se emborracha y monta una escena en medio de la fiesta. Con una de las espadas que decoran el salón de palacio, Romeo reta a todo aquel que se le cruza por delante. Tambaleándose y con desafortunado acierto, hiere de gravedad a dos comensales y al Jefe de Seguridad de la Casa de los Grimaldi. Romeo es rechazado por su familia y desterrado a EE.UU.
            Para arreglar todo lo ocurrido y encontrar una solución, Julio se reúne en secreto con Juan Pablo III para pedirle consejo. Las ideas renovadoras del nuevo Papa y la inclusión de los gays a la Iglesia Católica permiten el enlace de los amantes. Aconseja a Julio que finja su muerte en un accidente de tráfico y así poder reunirse con Romeo en el exilio. El plan se lleva a cabo y con el coche oficial de los Borbón en llamas y un cadáver con una copia exacta de la dentadura de Julio, se inicia el engaño. Paralelamente el Papa le envía un correo electrónico al desterrado Romeo para explicarle su plan y esconde a Julio en el Vaticano. Romeo harto de recibir e-mails con amenazas de muerte de fanáticos antimonárquicos, activa el control anti-spam y solo recibe correos de sus más allegados. Al enterarse de la muerte de su amante por las noticias de la Fox, compra un frasco de cianuro y se planta delante del vaticano. Gritando a los 4 vientos se bebe el frasco y muere en medio de la Plaza de San Pedro. Julio sale corriendo de la Basílica pero no llega a tiempo para salvar a su amante. Desolado al lado del cadáver, le arrebata el arma a uno de los guardias papales y se quita la vida.
            El escándalo sacude al mundo entero y las principales potencias deciden hacer un referéndum para mantener o abolir todas las casas reales. El escrutinio desvela un rotundo “no” con el 87% de los votos en contra de las monarquías.